Blog de lengua, cultura y literatura

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Buscando camino, campo a través: para entender un mundo al revés

jueves, 10 de diciembre de 2015

Bar Barroco

El segundo de los Siglos de Oro es el siglo de la exageración, de lo recargado, de lo sorprendente, lo ingenioso, lo caricaturesco, lo complicado, lo deslumbrante, los contrastes. Es el siglo del teatro de masas levantando pasiones cada domingo en los Corrales de Comedias mientras el Imperio se derrumbaba carcomido por la crisis. Es el siglo de la miseria y el derroche, la picaresca y los mecenas, de D. Quijote y Sancho, la obsesión ridícula por la honra y el desengaño, del mundo como Teatro y la vida como Sueño, de las disputas literarias (y a veces personales) entre Quevedo y Góngora, porque este es su siglo, y el de Cervantes, el de Lope y el de Calderón. 
(cit. DientedeLeón.blogspot.it)


Si se le llama Siglo de Oro, no es por nada. Es un Siglo de grandes autores.
Esto es lo que dice Cervantes de Góngora

Aquel que tiene de escribir la llave,
con gracia y agudeza en tanto extremo,
que su igual en el orbe no se sabe,
es don Luis de Góngora, a quien temo
agraviar en mis cortas alabanzas,
aunque las suba al grado más supremo.
Y aquí van los versos del maestro del Conceptismo, todo un artista en retratar el mundo de forma satírica y despiadada: Quevedo.

Esta letrilla, desgraciadamente, sigue estando de rabiosa actualidad. Metros cortos, contenido satírico, estribillo y, para actualizarla aún más, la versión estupenda de Paco Ibáñez.
(cit. lengua y literatura.org)


Madre, yo al oro me humillo;
él es mi amante y mi amado;
pues, de puro enamorado,
de continuo anda amarillo.
Que pues, doblón o sencillo,
hace todo cuanto quiero,
poderoso caballero es don Dinero.

Nace en las Indias honrado,
donde el mundo le acompaña;
viene a morir en España,
y es en Génova enterrado.
Y pues quien le trae al lado
es hermoso, aunque sea fiero,
poderoso caballeroes don Dinero.

Es galán y es como un oro
tiene quebrado el color,
persona de gran valor,
tan cristiano como moro.
Pues que da y quita el decoro
y quebranta cualquier fuero,
poderoso caballeroes don Dinero.

Son sus padres principales,
y es de nobles descendiente,
porque en las venas de Oriente
todas las sangres son reales,
y pues es quien hace iguales
al duque y al ganadero,
poderoso caballeroes don Dinero.

Mas ¿a quién no maravilla
ver en su gloria, sin tasa,
que es lo menos de su casa
Doña Blanca de Castilla?
pero pues da al bajo silla
y al cobarde hace guerrero,
poderoso Caballero
es don Dinero.

Sus escudos de Armas nobles
son siempre tan principales,
que sin sus Escudos Reales
no hay Escudos de armas dobles.
Y pues a los mismos robles
da codicia su minero,
poderoso Caballero
es don Dinero.

Por importar en los tratos
y dar tan buenos consejos,
en las casas de los viejos
gatos le guardan de gatos.
Y pues él rompe recatos
y ablanda al juez más severo,
poderoso Caballero
es don Dinero.

Y es tanta su majestad
(aunque son sus duelos hartos),
que con haberle hecho cuartos,
no pierde su autoridad.
Pero pues da calidad
al noble y al pordiosero,
poderoso Caballero
es don Dinero.

Nunca vi damas ingratas
a su gusto y afición,
que a las caras de un doblón
hacen sus caras baratas.
Y pues las hace bravatas
desde una bolsa de cuero,
poderoso Caballero
es don Dinero.

Más valen en cualquier tierra,
(mirad si es harto sagaz)
sus escudos en la paz
que rodelas en la guerra.
Y pues al pobre le entierra
y hace propio al forastero,
poderoso Caballero
es don Dinero.